Actualmente vivimos en un mundo globalizado en el que podemos comprar productos y servicios a cualquier parte del mundo sin movernos de casa. Esto es especialmente cierto con la App Store. Cierto que la compra la realizamos en la App Store de un país concreto pero el desarrolador puede estar en cualquier parte del mundo. Y así, con tan sólo un par de clics tendremos descargado e instalado en nuestro Mac una nueva aplicación. Personalmente creo que esta es una de las razones del éxito de la App Store, la facilidad de búsqueda, pago e instalación de nuevas aplicaciones. Como resultado tendremos un nuevo icono en nuestro Dock y un recibo en nuestro buzón de entrada. Pero, ¿y la factura? Bueno, recientemente hice una compra de una aplicación en la Mac App Store y quise averiguar la respuesta. Para recibir la factura tan sólo tendremos que solicitarla en la página de soporte indicando nuestro número de pedido (vendrá en el recibo que habrá llegado a nuestro buzón de correo) y nuestro VAT intracomunitario (que es nuestro NIF precedido de ES). Así hice y rápidamente (al día siguiente) recibí un email con la factura correspondiente. Aquí descubrí que el país desde el que se emite la factura es Luxemburgo y supongo que la elección de este no es casual y responde al bajo IVA que allí se aplica (de un 15%). Supongo también que se actuara de igual manera en todos los países de la Union Europea aunque desconozco hasta que punto esta práctica es legal. Con lo que, sin tener ningún dato adicional con el que basarme, intuyo que el IVA ingresado de todas las ventas de la Mac App Store a nivel comunitario debe de ser una cifra nada despreciable para Luxemburgo mientras que el resto de Estados miembro se quedan mirando (o ni eso) como dejan de ingresar por la venta de software. Bien por Luxemburgo que ayuda al consumo no incrementando los impuestos sobre el producto.
0 Comments
Leave a Reply